martes, 15 de marzo de 2011

Comienza el Viaje- Primera Semana

Lleno el depósito y a lo lejos dos peludos con una cartel hecho de caja de cartón donde se puede leer: ¡Alemania!. Ya somos 4. Estos dos últimos me cuentan que vienen de pasar meses en Granada. Por el olor que desprenden deduzco que su último baño se lo dieron antes de salir de Alemania. Hasta Lola está amedrentada pero la conversación es buena y cruzamos la frontera entre risas y la ilusión de parar en algún bonito lugar alejado de todo, desayunar café y fumarnos un lindo porrito de maría.
Visito Perpignan. ¿Cuántos españoles habrán cruzado la frontera para venir al cine y ver unas nalgas bonitas, una bofetada o una blasfemia en la gran pantalla?. Los Alemanes ya me han abandonado. Empiezo a sentir que de verdad el viaje, comienza. Hace un frío del carajo, y no ayuda mucho el hecho de tener la calefacciones estropeadas. La soledad en la que estamos, a la que me voy a tener que acostumbrar y que he elegido, de repente se hace evidente. Duermo en Narbone. Y sigo costeando, mi primer destino es Marsella donde un buen amigo se ha instalado recientemente por causa, como no, del Amor. Las poblaciones costeras Francesas parecen abandonadas después de una catástrofe. Ni un alma. Calles y calles cerradas. Ni un coche. Playas kilométricas de arena. Lola disfruta como una loca. Busco Rastros, mercados de pulgas, Vide-Greniers como se les llama aquí. Me guío por Internet, pero todas las poblaciones que visito están muertas. Solo en los pocos meses de calor tienen vida. Seguimos costeando. La Camargue, la cruzamos de noche. Intuyo la cantidad de agua. Se huele. Que daríamos por tener la cantidad de agua que hay por aquí. Paro en plena noche en un pueblito de carretera a que Lola haga de vientre como dicen los que no se atreven a llamar a las cosas por su nombre. Así que Lola, caga feliz en un prado y yo me tomo un café solo con derecho a internet por  2 eurazos. Joder con la Brecha Digital, que esto por hacer un simil, es como pararse en un bar de carretera  en Jaén y me sorprenden con sus ordenadores y sus conexiones gratis total para la clientela. Por lo demás esta Europa ¿rica ?, muere  a partir de las 7 de la tarde. A veces, a veces nos cruzamos  con algún ser humano, que adivinamos a duras penas, pues la fufu  ni alumbra de lejos ni de cerca. La lucecita de la batería permanece en rojo , pero me digo constantemente que ha de ser de la fufu, un antojo.
Francia más poblada, que toda la Península (contando con Portugal), tiene en camabio tres grandes ciudades, París , Lyon y Marsella. El resto, o sea, un mogollón viven desperdigados por los campos, y se nota. Una mini aldea, un pueblo, una aldeita, un pueblo grande, tres casas, una casa, un cruce con seis casas y así en un bucle interminable y que le hace a uno pensar en que diversas formas habita el hombre, y en cual de ellas se encuentra el planeta más a gusto, más contento. Porque sí, bonitas, bucólicas, divinas son todas las casas, los chateaus,las mansiones o las villes, pero joder cuanto coche y cuánta disitancia a rrecorrer y por supuesto entre pueblo y pueblo o aldea y casa, un centro comercial tras otro, grandes como no hay villa , ni casa ni pueblo a la redonda. Habrán oido estos señores eso del "peak-oil", o creerán que sus 40 centrales nucleares son para siempre. Anoto aquí, que el Uranio, solo existe en contadísimos puntos del planeta y que para generar la energía suficiente que el mundo necesita, serían necesarias unas 40.000 centrales en todo el planeta...
30-12-2010
Por fín, Marsella. Noche cerrada. Lo primero que me impacta es la cantidad de mierda, de basura, de coches desvencijados, que se acumulan por aquí y por acullá. Mad Max, me viene enseguida a la mente. No se parece a la Europa, limpia, aséptica e insípida que recuerdo. La scooters sin luces, los pilotos sin casco, triples filas de aparcamiento, cruces sin semáforos para los más osados, sirenas de policía que aparecen de repente salidas de algún coche camuflado de la Gendramerie. Esto es Al'Fragreb. Por cada blanquito, no sé cuantos y cuantas de otros colorcitos. Se escuha el árabe en todas las esquinas. El Gps, me lleva directo a " La Plain", el barrio Artista, el barrio viejo, con sus pubs, sus cafés, sus buscavidas, pero también medio cerrado hasta que llega el calor. Marsella es una ciudad para el Verano. Abierta al Mar, con su gran e inmenso puerto lleno de terrazas chic, restaurantes de lujo, puticlubs baratos y badulaques, todo bien mezcladito, hierve de vida. Grupos de jóvenes deambulan por sus grandes aceras. Decido dormir a la vera del puerto, en espera de noticias de Edu, mi buen amigo.
En la mañana mi primera tentativa de venta callejera. Expongo mi preciosa colección de gafas Vintage, pero paso totalmente desapercibido y decido hacer visita turística. Me impresiona este preicoso edificio Renacentista (perdí la foto), superviviente de la devastación hecha por la Luftwaffe, que logró tumbar cerca de 1600 edificios. A este heróico superviviente lo desplazaron años después sobre unos railes  inmensos de su lugar original para encuadrarlo dentro de la nueva palnificación urbanistica. Quién dijo que un edificio es un bien inmueble, no solo no es inmueble que además como he dicho anteriormente  es evaporable. Tomen nota señores con ansia de propiedad. Por fin contacto con Edu y con Clea. Edu es un artista, un pintor, un soñador que ve la vida a través de un caleidoscopio. Sus análisis de la vida son tan diferentes a los míos. Son tan diferentes la referencias , los códigos. Aunque sin saber cómo, al final siempre coincidimos en lo esencial. ¿Somos dos visiones de una misma relidad, o hay tantas realidades como visiones que la miran?. Clea, trabaja como médico en un Hospital Público. Es una mujer inteligente y guapa descendiente de Pier Noir que ha decidido trabajar para la sanidad pública, cosa extgraña en Francia, donde sus Hospitales están repletos de médicos Egipcios, Fisioterapeutas Españoles, Enfermeros Húngaros, y un sinfín más de nacionalidades...pues los sueldos más altos en la privada hace que en su mayoría el francés huya de la pública.
Me tratan de maravilla, cenamos juntos la última noche del año y hablamos de la familia y de tiempos pretéritos. Salimos a tomar una copa. Poco ambiente en comparación a España. Eso sí, mucha policía. Vestidos como los soldados de Star wars, esperan en pequeñas unidades, apostados en esquinas transitadas, impacientes, golpeando sus inmensos escudos con sus terroríficas porras, algunos con metralletas en ristre mientras los jóvenes y no tan jóvenes pasan de largo, ignorantes  o eso creo, de este ejercito urbano apostillado entre callejuelas esperando la mínima excusa para "hacer cumplir la ley de sus amos".
Nos cuenta una bonita Marsellesa ya entrada en años, vestida con una preciosa boa de color Violeta y el pelo casi al cero, que hace tiempo que vive aislada en medio de ningún lugar en los inmensos Alpes. Las libertades cercenadas, la omnipresencia represora de bandas policiales armadas para la guerra, con uniforme o de incógnito, el discurso racista de una clase política  de ilimitado poder y agarrada a sus sueldos de miedo y sus pensiones vitalicias, y el Miedo, ese miedo planteado desde arriba que hace que la hijita de Le Pen, Jean Marie, tenga más intención de voto que ese hijo bastardo de un gigolo Rumano.  Al menos eso dicen las encuestas de los MassMedia, aunque vaya usted a creerse algo. La Historia no se repetirá, pero joder cuanto se parece. Los hijos de los obreros, como en en la Alemania de Hitler, coo en la Valencia de Caps, votando a la ultra derecha. La cuenta atrás hasta la próxima guerra parece que se acelera. Mientras tomamos unos rones blancos se nos hacen las 3 de la mañana.
Cuando llego a dormir mi pequeña borrachera: Sopresita. Estaba concienciado, lo tenía previsto, pero la verdad, no tan pronto. Todas mis zapatillas esparcidas en un Mandala desvencijado junto a demás enseres rodean la Fufu. Mi corazón me da un toque y enseguida deduzco que algo extraño ha pasado. La puerta del copiloto entre abierta. La abro, grito-¡LOLA!. ¡LOLA! con desesperación, pero no responde. Rodeo la Fufu. El cristal de la puerta del conductor está hecho añicos y esparcido más allá de donde mi vista abarca. Me desespero por un segundo. Mil pensamientos. ¡Joder, me han robado hasta a la perra!, pienso. Pero no puede ser, Lola es un Fila Brasileño, uno de los perros más fieros, más guardianes, dispuesta a hincar el diente a cualquier desconocido que ose invadir su territorio. Un perro creado para resistir los rigores de la Selva del siglo XVy sus grandes  fieras, utilizado desde entonces para la guerra, la caza y demás infamias del ser humano. No puede ser.
¡Lola!, ¡Lola!, y de repente como si de una aparición  Mariana se tratara, Lola mi amor, aparece de entre el Caos de cristales y destrucción. Tumbada, vigilante entre los sillones delanteros, guardando nuestros 3m2, callada...me tranquilizo...un poco. Me fumo un cigarro y empiezo a examinar la Fufu. La bolsa de basura esparcida, la guantera abierta, los dos seguros de las puerta delanteras abiertos. Poco a poco,  va apareciendo el ordenador, equipos electrónicos, la pasta, mis documentos...a la media hora ya se que no se han llevado ni un bolígrafo y empiezo a analizar la batalla que ha tenido lugar mientras yo me tomaba un par de copas. Dos ventanas interiores rotas. Lola tiembla, está muy asustada, muy nerviosa, la noto triste.La lucha ha sido a muerte, el desorden es colosal. Para prevenir lo previsible, yo había colocado carteles advirtiendo de la peligrosidad de Lola si alguien intentaba entrar en nuestra mínima mansión, pero no me han creído. Mientras limpio y recogo, deseo  que estos cacos estén curandose, sin duda, las heridas causadas por Lola. Deben haber huido desesperados, cerrando  puertas para que Lola no los siguiera. Estoy muy orgulloso de Lola. Sospecho de dos individuos que permanecían sentados cerca, a eso de las 12.30 cuando hice mi última visita. No llamo a la Policía, ¡el remedio peor que la enfermedad!. Al día siguiente, visita turística a la" Puerta de África" que enfoca directamente hacia Argel y a los barrios de Pescadores. Definitivamente, Marsella es divina. Un trozo de África unida a Europa por las grandes Autovías de la globalización, volveré, sin miedo; eso sí, dejaré a Fufu en algún parking con vigilancia. Lola está demasiado nerviosa, no tenemos ventanilla, hace frío, así que decidimos al unísono, coger carretera y manta. Llevamos a penas 6 días en la carretera y ya parece un un mes. Caminamos en dirección a Italia, aunque antes haremos una pequeña parada, eso creemos, en Hyères, para visitar a la  "La increíble mujer creciente".